Visibilizar lo invisible: cuando la amputación también toca lo emocional
- Divacony Kinesiologia

- 26 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 ago
Por Jorgelina Velaztiqui Lic en Psicología

Cuando escuchamos la palabra amputación, solemos pensar en lo físico: una cirugía, una prótesis, un proceso de rehabilitación. Sin embargo, detrás de esa herida visible existe otra que muchas veces no se nombra, pero que duele igual: la herida emocional.
En Divacony trabajamos día a día con pacientes y familias que atraviesan este camino. Y sabemos que es necesario romper estigmas y hablar de lo que permanece invisible para generar empatía, conciencia y un acompañamiento humano.
El impacto emocional de una amputación
Una amputación no solo implica la pérdida de una parte del cuerpo. También genera cambios profundos en la manera en que la persona se percibe y se relaciona con el mundo.
Duelos múltiples: se pierde no solo una extremidad, sino también proyectos, rutinas y formas de autonomía.
Dolor fantasma y sufrimiento psicológico: la sensación de lo que ya no está puede prolongar el malestar.
Aislamiento social: el miedo al juicio o la vergüenza pueden llevar a alejarse de los demás.
Autoestima y autoconcepto en crisis: surgen preguntas dolorosas como “¿Quién soy ahora?” o “¿Qué puedo hacer de nuevo?”.
Estos procesos son naturales, pero necesitan ser acompañados para evitar que se transformen en un peso silencioso.

No es solo el paciente: también la familia y los cuidadores
Muchas veces se pasa por alto que la amputación también impacta a los vínculos cercanos: pareja, hijos, padres, amigos.
Los familiares sienten miedo, tristeza o culpa.
A veces no saben cómo acompañar y caen en la sobreprotección o el distanciamiento.
También ellos atraviesan un proceso de adaptación emocional.
Por eso, es fundamental entender que la rehabilitación debe incluir un acompañamiento psicológico integral, donde tanto el paciente como su entorno tengan un espacio de escucha y contención.
La importancia del acompañamiento psicológico
El trabajo terapéutico permite:
Reconocer y validar las emociones invisibles.
Fortalecer la autoestima y la identidad.
Encontrar nuevas formas de vincularse y de recuperar autonomía.
Brindar herramientas a la familia para acompañar de manera saludable.
En palabras de la psicóloga Jorgelina Velaztiqui:
“Sanar no es solo cerrar una herida física. Sanar también significa reconstruirse emocionalmente, aceptar la nueva realidad y descubrir que aún hay proyectos y vida por delante.”

Visibilizar para acompañar mejor
Una amputación es un antes y un después, tanto en lo físico como en lo emocional. Pero no tiene por qué ser un camino en soledad.
En Divacony trabajamos con un enfoque integral, donde la kinesiología y la psicología se encuentran para que cada persona y su familia puedan transitar el proceso con esperanza, acompañamiento y nuevas herramientas para su bienestar.
💜 Si vos o un ser querido están atravesando una amputación, recordá: pedir ayuda psicológica no es un signo de debilidad, es un paso valiente hacia la recuperación integral.
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